Por Marcelo Helfgot
Roberto
Lavagna avanzó ayer un paso más para la instalación de su candidatura
presidencial. Por primera ver mantuvo una reunión conjunta con
autoridades de la UCR y diputados duhaldistas, quienes acordaron
impulsar el armado de una coalición que dé sostén a su futura carrera
electoral.
Como resultado del encuentro —que tuvo
lugar en el Hotel Sheraton y duró dos horas y media—, la UCR se
convirtió en la primera fuerza orgánica en ser aceptada por el ex
ministro de Economía como parte de ese armado. La próxima apuesta del
lavagnismo será sumar a otros sectores del peronismo disidente y al
Partido Socialista. "Estoy instalando una alternativa para saber si es
aceptada por la sociedad y es bueno que ustedes ayuden a impulsarla como
fuerza política", le dijo Lavagna al quinteto radical, antes de la
segunda ronda de café.
Destinataria de la
propuesta fue la cúpula radical en pleno: los presidentes del Comité
Nacional, Roberto Iglesias, y de la Convención (órgano deliberativo que
define las políticas de alianzas), Adolfo Stubrin, además de los jefes
de los bloques parlamentarios, el diputado Fernando Chironi y el senador
Ernesto Sanz. También estuvo Angel Rozas, titular de la Fundación Alem.
Ese
elenco milita en el antialfonsinismo y hasta hace poco empujaba la
construcción del "panradicalismo" con Elisa Carrió y Ricardo López
Murphy. Pero dio un súbito viraje y decidió alinearse con Lavagna —en
caso de que confirme su postulación— para ganarle de mano al ex
presidente Raúl Alfonsín, que pretendía adueñarse de la candidatura del
ex ministro.
Ahora las autoridades partidarias
apuntan a imponer el apoyo al ex ministro por las vías formales. El
próximo paso consistirá en forzar un pronunciamiento en ese sentido en
el encuentro convocado para el 20 de junio. Será en la sede del Comité
Nacional y fueron invitados todos los sectores internos, incluidos los
cinco gobernadores que hace una semana declararon su apoyo a la
concertación con el Gobierno.
El mendocino Julio
Cobos, el correntino Arturo Colombi, el rionegrino Miguel Saiz, el
catamarqueño Eduardo Brizuela del Moral y el santiagueño Gerardo Zamora
son los mandatarios provinciales que negocian con el kirchnerismo,
acompañados por intendentes importantes como Gustavo Posse (San Isidro),
Enrique García (Vicente López) y Daniel Katz (Mar del Plata).
En
la disputa con los gobernadores K, la cúpula partidaria hace causa
común con el alfonsinismo. De hecho, la posible candidatura de Lavagna
se instaló tras la visita del ex ministro a la casa de Alfonsín, en
abril. Fuera de ese conglomerado se ubica la número dos del partido,
Margarita Stolbizer, que insiste en negociar con Carrió y el socialismo.
Un
vocero de Lavagna admitió anoche la existencia del encuentro con
radicales y duhaldistas. La misma fuente ratificó que el ex ministro
condicionó su lanzamiento electoral a la respuesta social que reciban
las expresiones de tono tibiamente opositor que viene formulando en
distintas presentaciones públicas.
—¿Ya decidió que será candidato? —abrió el fuego Iglesias, el único radical que se había reunido con Lavagna días atras.
—Sigo evaluando y voy a tomarme mis tiempos —respondió el ex ministro.
Enseguida
terciaron los peronistas disidentes, para aconsejar un armado gradual
de la estrategia electoral de Lavagna. El elenco de "El General" tuvo
asistencia perfecta: concurrieron Jorge Sarghini —ex número dos de
Lavagna en Economía—, Eduardo Camaño,
Juan José Alvarez
y Francisco de Narváez. El cuarteto había almorzado con el ex ministro
hace dos semanas y la difusión del encuentro fue leída por muchos como
la virtual instalación de Lavagna como candidato opositor al
kirchnerismo.
La puesta en escena con el peronismo
disidente y los ataques posteriores de Lavagna a las medidas del
Gobierno en materia de precios y política exterior derivaron en duros
contraglpes del oficialismo. Ayer, Néstor Kirchner volvió a pegarle a su
ex ministro: "Para algunos el aumento de tarifas no es inflacionario,
pero sí el aumento de sueldos", le dedicó desde Concepción del Uruguay.