Por MICAELA PÉREZ
La sanción en la Cámara de Diputados, integrada por
Juanjo Alvarez,
del controvertido proyecto oficial de reforma del Consejo de la
Magistratura mostró ayer sus primeros coletazos políticos. Y terminó de
poner en blanco sobre negro el nuevo tablero legislativo que marcará el
pulso del Congreso durante el corriente año.
¿Quiénes
son hoy los nuevos aliados del Poder, los alineados "no tan
incondicionales" y aquellos que pasarán a reportar de ahora en más en la
nómina de enemigos de la Rosada? La votación del proyecto de la
senadora Cristina Kirchner permite, al menos, adivinar comportamientos
futuros, a pocos días de la apertura de las sesiones ordinarias en el
Parlamento.
Por lo pronto, el Gobierno dio
anteanoche una clara demostración de fuerza. Logró reunir 149 votos
(hubo 89 en contra y 2 abstenciones) para sancionar la polémica
iniciativa que cosechó todo tipo de críticas, no sólo de la oposición,
sino también de ONGs y el ámbito judicial.
Pero a
menos de 24 horas de la sanción de la ley (que reduce de 20 a 13 los
miembros del Consejo encargado de la designación y remoción de los
jueces), comenzaron a encenderse focos de conflicto interno en distintas
fuerzas: mientras la UCR pidió la expulsión de los legisladores que
votaron a favor del proyecto, el Peronismo Federal quedó virtualmente
quebrado. Y en la centroderecha crecía el malestar hacia los renovadores
salteños, aliados del macrismo, (Carlos Sosa y Miguel Zottos) que
acompañaron la iniciativa.
Lo cierto es que en su
cruzada por conseguir la polémica ley, el oficialismo contó con el apoyo
de un sector del PJ bonaerense, cinco radicales filokirchneristas,
algunos provinciales y los puntanos que responden a Adolfo Rodríguez
Saá.
Claro, también algunos de sus socios
políticos le jugaron en contra. Por caso, los cordobeses del Partido
Nuevo, que responden a Luis Juez.